Crisis alimentaria global (El Financiero 02/06/08)

Crisis alimentaria global (El Financiero 02/06/08)

Araceli Damián*

Lunes, 2 de junio de 2008

De acuerdo con el Banco Mundial, el aumento en los precios internacionales de los alimentos ha provocado un incremento de cien millones de personas hambrientas en el planeta y manifestaciones de protesta en más de 30 países. Es tal la preocupación, que el organismo anunció un programa emergente de mil 200 millones de dólares para ayudar a los países pobres más afectados por la crisis (siendo los primeros en la lista Liberia, Haití y Djibouti).

 

Según una serie de reportajes publicados la semana pasada por el periódico británico The Gurdian, diversos factores han causado el alza en los precios de los alimentos:

 

1) El aumento en los precios de los fertilizantes, pesticidas, combustible para tractores, etcétera, derivado del alza del petróleo.

 

2) El cambio en los patrones de consumo de la población de países que han tenido altas tasas de crecimiento económico, como China y la India, que demandan una mayor cantidad de cárnicos, desviando la producción de granos para el consumo humano a la engorda de animales.

 

3) Las recientes sequías que afectaron la producción de países que son grandes exportadores de granos.

 

4) La utilización de granos para biocombustibles.

 

5) Ña especulación en el mercado de alimentos.

 

Los más afectados por la crisis son los países pobres importadores de alimentos (como Filipinas y Egipto), algunos de los cuales eran autosuficientes en esa materia hasta que abrieron sus mercados a la competencia internacional, como condición para recibir préstamos de organismos internacionales durante los años ochenta y noventa.

 

Los problemas políticos y sociales van en aumento. En Haití cayó ya el primer ministro debido a las protestas por el alza en alimentos. En Filipinas, aun la población que produce granos depende del mercado internacional, ya que su producción es insuficiente para su propio consumo. La migración internacional o hacia las ciudades se ha vuelto una válvula de escape a la crisis filipina derivada del alza en alimentos.

 

En Egipto, Hosni Mubarak (que lleva 27 años en el poder) enfrenta grandes dificultades, ya que casi 40 millones de personas consumían pan altamente subsidiado (el consumidor sólo paga 4 por ciento del costo), y debido a las protestas por la carestía, el gobierno ha tenido que ampliar su programa (a 17 millones de personas más), llegando con ello a dos tercios de la población. Los organizadores de las protestas han ido a la cárcel, siendo torturados algunos de ellos.

 

Ahora para comprar el pan los egipcios hacen filas más largas (que inician a las tres de la mañana) y hay reportes de gente asesinada por pleitos sobre los lugares en la cola o muriendo de ataques al corazón como consecuencia del estrés generado por la espera e incertidumbre de si alcanzarán pan. Pero dada la represión, la gente tiene miedo de ser arrestada si habla en público sobre el problema que les afecta.

 

El análisis realizado por The Gurdian deja claro que no existe, en este momento, un desbalance mundial entre oferta y demanda de granos; no obstante, la especulación en el mercado de materias primas ha crecido como consecuencia de la crisis hipotecaria estadounidense.

 

En el corto plazo se espera que los precios de los alimentos básicos se reduzcan debido a que habrá mejores cosechas este año. Además se prevé que algunos países expandan su tierra cultivable en respuesta a los altos precios de los alimentos (dejando atrás la política de reducir tierra agrícola para destinarla a otros usos). Sin embargo, a mediano y largo plazos los pronósticos son pesimistas, ya que en unos 40 años la tierra cultivable bajará a la mitad, si no se resuelve la escasez de agua.

 

Por otra parte, las clases medias de países como China seguirán demandando más carne y sus derivados. Este país asiático no constituye por ahora un problema para el precio de los básicos, ya que actualmente es autosuficiente en alimentos; sin embargo, el ministro de Agricultura chino asegura que a partir del próximo año empezarán a importar granos, lo que provocará mayores alzas de precios en el mercado internacional, sobre todo del arroz, que al ser un mercado muy pequeño (sólo se comercializa 7 por ciento de la producción mundial), elevará los precios de este bien mucho más de lo que ya subieron.

 

Aunque los mayores estragos se viven en los países pobres, el incremento en los precios está afectando también a los países desarrollados, sobre todo a los hogares de menores ingresos, que enfrentan ya la necesidad de buscar opciones para comprar alimentos más baratos.

 

El alza en los precios de los alimentos se entrelaza con el aumento de los del petróleo, a tal grado que diversos gobiernos están preocupados ante la posibilidad de que la inconformidad social provoque su caída del poder, como ya sucedió en Haití o como puede ocurrir en Egipto y Filipinas. Hasta el mismísimo gobierno mexicano ha tenido que cometer el pecado, sancionado por el neoliberalismo, de subsidiar a las grandes empresas comercializadoras de granos para mantener estable el precio de la tortilla y el maíz.

 

Como en los ochenta, gran parte de la responsabilidad de esta crisis la tienen los mercados financieros internacionales, que empujan al alza los precios de los alimentos mediante la especulación. Cómo, entonces, la respuesta por parte de organismos internacionales y gobiernos es insuficiente, ya que no hacen nada para detenerlos. ¿Hasta cuándo se detendrá al capital financiero para que deje hacer de las suyas a costa de vidas humanas? Mientras sigamos contando las muertes.

   

* El Colegio de México Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida de \"spam bots\", necesita habilitar Javascript para poder verla.