Un "disparate", mantener subsidio a las gasolinas (El Financiero 17/06/08)

Un "disparate", mantener subsidio a las gasolinas (El Financiero 17/06/08)

Marcela Ojeda / Jeanette Leyva

Martes, 17 de junio de 2008

La asistencia del gobierno significa 2% del PIB.

La ayuda representa la mitad del gasto en infraestructura.

Su uso desincentiva la inversión y provoca desperdicio de energía.

 

Si los precios de la gasolina permanecen donde están, gastar el equivalente a 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en subsidiar ese combustible todos los años es un absurdo, y como política de distribución del ingreso es un "disparate", consideró Raúl Feliz Ortiz.

 

El catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dijo a EL FINANCIERO que el costo de ese subsidio es casi la mitad de lo que planea gastar el gobierno este año en infraestructura.

 

Y no es sólo eso, dijo, sino que a la larga es dinero que se va a perder, porque se trata de gasolina que se esfuma.

 

"Si esos recursos, que son el 2 por ciento del PIB, se hubiesen dirigido a inversiones, quedarían en términos de infraestructura que mejoraría las condiciones de competitividad de la economía, beneficiando mucho mejor y a largo plazo al país", explicó Feliz Ortiz.

 

Destacó que si en 2008 ha resultado prácticamente complicado reducir este subsidio, el año próximo lo será más, por lo menos antes de las elecciones intermedias.

 

"Yo creo que lo que vamos a ver es un ajuste pequeño en la primera parte del próximo año, y que seguramente vendría un segundo ajuste en la segunda parte de 2009, después de las elecciones", agregó.

 

Ayuda cara

 

El presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Jonathan Heath Constable, coincidió con Raúl Feliz en que el subsidio a la gasolina no es una buena política, por muy diversas razones:

 

"La primera es que es un subsidio muy costoso, que cada vez va siendo más y más alto, tanto porque el precio de la gasolina en los mercados internacionales está subiendo, como porque cada vez estamos importando más volumen."

 

Heath Constable, también economista de HSBC, puntualizó que sería mucho más inteligente utilizar estos recursos en muchas otras cosas, como en más infraestructura, educación y mayor número de programas sociales, o simplemente en disminuir la deuda interna, "que nos compra más espacio para gastar en un futuro".

 

Raúl Feliz reiteró que subsidiar a las gasolinas tiene más aspectos negativos que positivos, porque no transmite el verdadero costo de las cosas a las personas y, por tanto, no envía la señal ni los incentivos correctos para usar eficientemente la energía.

 

Así, manifestó, promueve el desperdicio de la energía y beneficia en una proporción muy grande a sectores de la clase media, por lo que, "en definitiva, es realmente una mala política pública".

 

"Sin embargo, hay una consideración de tipo político, ya que se trata de un tema muy sensible y el gobierno optó por este camino, que no es el que yo hubiese recomendado", aclaró.

 

Jonathan Heath opinó que tal vez lo más recomendable sería canalizar un subsidio directo al transporte público y que se eleve el precio de la gasolina a todos los demás sectores, a lo que Raúl Feliz consideró como una especie de Procampo del transporte, y algo muy difícil de poner en marcha.

 

Para Federico Casas-Alatriste, presidente del IMEF, la solución está en reducir el subsidio a las gasolinas en forma paulatina, pues, reconoció, si se hace de "un solo golpe", afectaría la meta inflacionaria.

 

El dirigente del Instituto opinó que "no es razonable" que una proporción tan importante de la renta petrolera se destine al consumo de gasolina.

 

Juan Pedro Treviño, vicepresidente del Comité de Estudios Económicos de la organización, consideró que los subsidios han generado una distorsión en el precio de la gasolina.

 

Por eso, el investigador del CIDE insistió: "Yo lo que creo es que hay que dejarse de tonterías y poner los precios donde están, reales, porque nos hace vulnerables, además de que en este caso particular, se trata de un subsidio a sectores que sí pueden pagar el precio real de la gasolina."