Subsidian gasolina a la mexicana (El Reforma 29/07/08)

Subsidian gasolina a la mexicana (El Reforma 29/07/08)

 

Del lado colombiano de la frontera, los vendedores de combustible venezolano al menudeo, llamados 'pimpineros', son parte imprescindible del paisaje.

Foto: Octavio Pineda

   

Para evitar la fuga de combustible, Venezuela ha abierto gasolineras exclusivas para extranjeros y otras que sólo venden a venezolanos

 

Octavio Pineda / Enviado

  

Frontera colombo-venezolana  (29 julio 2008).- México no es el único que sufre la sangría de la gasolina barata por parte de sus vecinos fronterizos.

 

A Venezuela le ocurre algo parecido. Allí son los autos venezolanos, con gasolina barata, los que cruzan la frontera... para vender en las calles colombianas sus depósitos llenos.

 

Aunque hay contrabandistas profesionales, son en gran medida los venezolanos de a pie quienes, al viajar a Colombia de paseo o de compras, aprovechan para revender buena parte del combustible que traen en su vehículo; práctica que se ha vuelto casi un modus vivendi.

 

Por eso, del lado colombiano de la frontera, los llamados "pimpineros" (por el nombre de los recipientes) que venden el combustible venezolano al menudeo, pululan en el fronterizo departamento (provincia) de Norte de Santander, incluida Cúcuta, la capital regional, y la contigua población de Villa del Rosario.

 

Y es que mientras en San Antonio de Táchira, Venezuela, ciudad fronteriza con Colombia, el litro de gasolina cuesta el equivalente a 2 centavos de dólar, a unos metros de ahí, en Cúcuta, el precio oficial de la gasolina colombiana es de 91 centavos.

 

Con una manguera, el "pimpinero" ordeña de los autos la gasolina venezolana.

 

"Uno se la compra a quien la ofrezca. No se tiene un vendedor fijo", aclara Anayibe, quien hace siete años se dedica a este negocio.

 

Para tratar de evitar en algo esta fuga de combustible, Venezuela ha instrumentado dos procedimientos: uno, poner gasolineras con precios internacionales del combustible, abiertas a extranjeros; y, otro, en las localidades fronterizas más interiores sólo se les vende a los venezolanos.

 

Allí, los clientes tienen que documentar su residencia y nacionalidad, antes de acceder una vez a la semana a llenar su tanque, después de padecer colas de hasta más de cuatro horas.

 

En México, pese a que actualmente es frecuente la demanda de gasolina barata por automovilistas estadounidenses, no se ha aplicado ningún medida restrictiva.