Programas sociales, sin impacto real sobre la pobreza (El Financiero 04/11/08)

Programas sociales, sin impacto real sobre la pobreza (El Financiero 04/11/08)

Marvella Colín

Martes, 4 de noviembre de 2008

El gasto por familia caerá 2 por ciento en 2008.

 

 PROGRAMAS SIN RESULTADOS

Los programas sociales en México siguen sin generar un impacto real sobre los sectores más pobres de la población, ya que los problemas alimentarios y financieros agregaron un mayor número de personas a la pobreza extrema.

 

En particular, los recursos del programa Oportunidades aumentaron en promedio 28 por ciento real en el presente año, luego de pasar de 14 mil 33 millones, a 18 mil 703 millones de pesos.

 

A su vez, desde hace cuatro años, el número de beneficiarios por este programa antipobreza no mostró avance alguno, es decir, se mantuvo en una cobertura de cinco millones de hogares.

 

La condición se agrava para estas familias, cuando se considera al rubro de gasto federal erogado por hogar, el cual pasó de siete mil 300, a siete mil 600 pesos anuales, y descontando los efectos de la inflación, reporta una caída de 2.0 por ciento en términos reales.

 

A esto se suma la difícil situación del empleo de los últimos meses, ya que de abril, cuando alcanza su mayor número de empleados afiliados al IMSS en el sector rural, hasta septiembre pasado perdieron sus trabajos e ingresos 24 mil 650 personas.

 

Esta tendencia contrasta con la creación de mil 680 empleos agrícolas en igual periodo de 2007, aun cuando se estaba viviendo la mayor de las crisis agrícolas en el país por el alza internacional de los cereales.

 

Aunque existen programas sociales como el de Oportunidades, el problema estructural de la pobreza no se mitiga, pues este programa sólo atiende a cinco millones de familias pobres en cuanto a sus necesidades de salud y alimentarias; sin embargo, la gran mayoría también padece de pobreza patrimonial, es decir, de vivienda y transporte.

 

La ineficacia de los programas públicos para atacar a fondo la pobreza se observa en el programa Oportunidades, que desde 2004 ha mostrado un estancamiento en el número de beneficiarios en un promedio de cinco millones de familias, lo cual indica que no hay un avance en cuanto a la cobertura, además no llega a los hogares más pobres del país, ya que la gente con pobreza extrema tiene menos acceso a un centro de salud o a una escuela, y Oportunidades sólo entrega apoyos monetarios a cambio del compromiso de la gente de enviar a sus hijos a la escuela y asistir a sus citas médicas.

 

Por tanto, las personas que viven en condiciones más extremas y aisladas, por ejemplo en localidades que están a más de 10 kilómetros de una clínica o una escuela, quedan excluidos de los programas públicos.

 

Datos oficiales revelan que el número de mexicanos en líneas de pobreza abarca a 44 millones 700 mil. El gasto público federal para la superación de la pobreza en el país es en promedio de 1.8 por ciento como porcentaje del PIB en 2008, que si bien representa un incremento de 0.4 puntos porcentuales respecto de 2007, no se observa un aumento en el número de beneficiarios ni de los recursos asignados para los pobres.

 

Casi 500 municipios (20 por ciento del total) tienen más de la mitad de su población en pobreza alimentaria.

 

Pero abriendo el espectro, se estima que hay 11 entidades de alto y muy alto rezago social (34 por ciento de los estados), según destaca un estudio realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

 

Cabe resaltar que en el país la pobreza se desglosa en tres aspectos: la alimentaria, aquella cuyo principal parámetro es la nutrición, y que es de 14.4 millones; pobreza de capacidades -referente a la cobertura de salud y educación-, que es de 21.6 millones; y pobreza patrimonial -que se refiere a la cobertura de necesidades de vivienda y transporte-, donde la cifra es de 44.7 millones de personas.

 

Ante la precariedad del ingreso en la población urbana, donde existen tres millones 700 mil personas ocupadas sin percibir ingresos y cinco millones 273.2 mil que ganan hasta un salario mínimo, el programa Oportunidades ha elevado de manera importante la cobertura en las zonas urbanas y semiurbanas; sin embargo, la prioridad sigue siendo el sector rural.

 

¿Oportunidades o mejores políticas al campo?

 

Sobresale que Oportunidades es un programa destinado básicamente a las áreas rurales del país, ya que los beneficiarios de este sector representan el 68.2 por ciento del total.

 

El programa social ha sido la respuesta ante la falta de impulso al campo y de las fallidas políticas agrícolas que detonen un dinamismo económico en el sector.

 

Sin embargo, la realidad del campo mexicano contrasta con las investigaciones de la FAO sobre las funciones de la agricultura, en donde se expone que una mayor inversión pública en agricultura, ligada a políticas agrícolas correctas, contribuye a mantener a la población rural en el campo y reducir las migraciones.

 

El organismo refiere que cada punto porcentual del crecimiento agrícola equivale a una disminución de 1.5 por ciento en la pobreza.

 

No obstante, esta correlación no se cumple en México, porque entre el 2000 y 2006 el número de pobres sólo se redujo 0.3 por ciento por año, con un avance de 2.3 por ciento del PIB agropecuario anual.

 

La FAO expone con base en un programa denominado Roles de la agricultura, puesto en marcha en el 2000 en 11 países, entre ellos México, que el crecimiento agrícola contribuye a reducir la pobreza más que cualquier otra actividad de la economía, además, su impacto en la pobreza y el hambre no sólo se percibe en las zonas rurales, sino también en las urbanas.

 

No obstante, en las actuales condiciones económicas, los especialistas aseguran que la pobreza extrema se incrementa como resultado de un desarrollo regional asimétrico que presenta la economía mexicana.