El mundo recurre a políticas de tipo fiscal como medidas anticíclicas (El Financiero 28/01/09)

El mundo recurre a políticas de tipo fiscal como medidas anticíclicas (El Financiero 28/01/09)

Marvella Colín

Miércoles, 28 de enero de 2009

Recortes de impuestos y mayor gasto en infraestructura, principales ejes.

 

En el mundo se observa que conforme la parte baja del ciclo económico se hace más profunda, las políticas de estímulo se han reforzado con acciones de tipo fiscal por considerarse de mayor efectividad anticíclica.

 

En estos términos, el estímulo fiscal global requerido bajo las circunstancias actuales es de alrededor de 2.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según cifras del Fondo Monetario Internacional.

 

En general, las medidas fiscales que se han dado a conocer a escala mundial consideran aumentos en el gasto público en áreas como infraestructura, apoyo a pequeñas y medianas empresas, así como incrementos en el ingreso disponible de los consumidores y empresas mediante recortes en impuestos u otro tipo de estímulos.

 

Países desarrollados como Alemania, Italia y Reino Unido, así como dos emergentes: Brasil y Chile, han optado por recortes de impuestos como uno de los principales ejes de sus paquetes de estímulo económico. Para los primeros implica entre 1.0 y 2.0 por ciento del PIB y para los segundos entre 0.3 y 9.0 por ciento del Producto.

 

En particular destaca que Alemania recortará impuestos por hasta 18 mil millones de euros, mientras que Italia lo hará por 6.3 mil millones.

 

Lo anterior se desprende del reporte Medidas Fiscales de Apoyo ante la Crisis, presentado ayer por el Banco de México en su Informe sobre la Inflación octubre-diciembre 2008.

 

El gasto público en infraestructura se considera otro punto importante para reactivar la economía mundial; en este sentido, Alemania, Francia y Holanda tienen el liderazgo.

 

En especial, Alemania destinará 17 mil millones de euros al programa de inversión en infraestructura pública.

 

Mientras que el gobierno de Francia aprobó gastos en infraestructura y créditos para la inversión por 10 mil 500 millones de euros, además de que apoyará a las tesorerías del sector corporativo con un monto por 11 mil 400 millones de euros y apoyos por dos mil 200 millones de euros a las industrias de vivienda, automotriz, y pequeñas y medianas empresas.

 

Por su parte, el Reino Unido destinará 20 mil millones de libras esterlinas, equivalentes a 1.0 por ciento del PIB, para apoyar a la economía a través de recortes de impuestos generales y de la tasa del Impuesto al Valor Agregado -de 17.5 a 15 por ciento- a partir del primero de diciembre de 2008. Destaca que 15 por ciento de esos 20 mil millones se destinarán a gastos de capital.

 

Dentro de los países menos desarrollados del Continente Europeo destaca el caso de Hungría, donde el gobierno destinará 5.5 por ciento de su PIB para un plan de apoyo a los negocios.

 

Las medidas fiscales en los emergentes

 

China sobresale como la economía con el estímulo fiscal más grande del mundo emergente con 586 mil millones de dólares, equivalentes a 8.9 por ciento del PIB, que serán distribuidos en gasto en infraestructura, programas de protección ecológica, vivienda, programas de innovación técnica y reestructuración industrial, así como planes de salud, educación y cultura.

 

En la India el programa fiscal implica recursos equivalentes a 1.5 por ciento del PIB, los cuales serán aplicados a planes de apoyo a exportadores, facilidades de refinanciamiento, programas de garantías para pequeñas empresas, inversión en infraestructura y reducción en el Impuesto al Valor Agregado en productos no petroleros.

 

Entre los países emergentes latinoamericanos destaca el caso de Brasil, cuyo paquete de estímulo fiscal alcanza 13.6 mil millones de dólares, de los cuales 26.5 por ciento se destinará a recortes de impuestos y 73.5 por ciento se orientará a créditos para empresas brasileñas con problemas de endeudamiento financiados con reservas internacionales.

 

En tanto, el gobierno chileno lanzó un plan de estímulo fiscal cercano a cuatro mil millones de dólares, equivalentes a 2.8 puntos del PIB, para defender el empleo mediante un aumento de la inversión en infraestructura, eliminación transitoria del impuesto de estampillas y reducción de los pagos provisionales mensuales, entre otras medidas.