Crisis de "extrema gravedad" y peligro de guerras, alerta el FMI (El Financiero 24/03/09)

Crisis de "extrema gravedad" y peligro de guerras, alerta el FMI (El Financiero 24/03/09)

(Reuters)

Martes, 24 de marzo de 2009

GINEBRA, Suiza, 23 de marzo.- El mundo se encuentra inmerso en una crisis de "extrema gravedad" y no se producirá una recuperación hasta que no se haya "limpiado" el sistema financiero, alertó el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.

 

"Hablando claro, la situación es extremadamente grave", admitió Strauss-Kahn en un encuentro en Ginebra celebrado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

El director gerente del FMI realizó esta advertencia apenas una semana después de que la institución que preside rebajó de nuevo sus previsiones de crecimiento de la economía mundial, hasta una contracción de entre 0.5 y 1.0 por ciento en 2009, y a menos de dos semanas para la cumbre del G-20 en Londres.

 

Strauss-Kahn señaló que la actual crisis puede arrastrar a la pobreza y al desempleo a millones de personas en todo el mundo, lo que eleva el riesgo de enfrentamientos sociales e incluso de guerra, por lo que demandó una acción de carácter urgente para combatir la crisis.

 

"Todo esto afectará dramáticamente al desempleo y, más aún, para muchos países representará la raíz de disturbios sociales, amenazas a la democracia y, en algunos casos, podría desembocar en guerras", advirtió.

 

Posible recuperación

 

Strauss-Kahn informó que el Fondo presentará en abril nuevas previsiones para la economía, tras haber realizado una revisión de sus pronósticos de enero la semana pasada, en la que augura la primera contracción de la economía global en más de medio siglo, que en el caso de los países desarrollados podría alcanzar en 2009 un retroceso de 3.0 por ciento.

 

No obstante, el FMI estimó que aún existe la posibilidad de alcanzar una recuperación en 2010, si se adoptan decisiones urgentes y considerables.

 

Dominique Strauss-Kahn volvió a sugerir a los gobiernos de todo el mundo la necesidad de inyectar dinero en la economía en una proporción cercana a 2.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), puesto que la política monetaria ha alcanzado ya sus límites, incluso teniendo en cuenta las medidas no convencionales adoptadas por los bancos centrales.