Nosotros, vistos por otros (El Financiero 11/05/09)

Nosotros, vistos por otros (El Financiero 11/05/09)

Carlos Ruiz González

Lunes, 11 de mayo de 2009

Ya lo había afirmado hace 20 años el profesor Miguel León en su libro La vocación industrial de México, donde enumera las razones por las que México podría ser un país fuertemente industrial y, ahora, en reciente artículo de la revista Business Week, "Mexico; Why big Business is standing its ground", se sitúa a México como un país competitivo.

 

¿Qué nos ven otros que nosotros mismos no percibimos? ¿No nos calificaban hace poco como un país fallido? Eso, además, sin considerar la situación que vivimos a raíz de la epidemia.

 

Puntos a favor

 

Para los autores del artículo mencionado, México ofrece buenas razones para instalarse, y aunque reconocen que China y la India se arrebatan los encabezados de las secciones de negocios en revistas y periódicos, México, calladamente, se ha vuelto más competitivo y los principales factores que señalan son los siguientes:

 

Costos. El peso mexicano se ha devaluado 41 por ciento desde agosto, con respecto al dólar, haciendo que las rentas (y los salarios) en México sean más atractivos, comparándolos con sus similares en China, Estados Unidos o Canadá (un buen ingeniero, egresado de las escuelas públicas de Baja California, gana 25 mil dólares anuales y aproximadamente 12 mil si es recién egresado).

 

Logística. Los productos manufacturados en México pueden llegar a cualquier ciudad de Estados Unidos en dos días y, en contraste, un mes para productos manufacturados de China, lo que significa un factor especialmente importante si los importadores quieren bajar costos de inventarios y tiempos de entrega.

 

Riesgo. México se ve mejor que China si se consideran temas como robo de tecnología, temas de calidad, costos de viaje y retrasos debidos a la falta de comunicación.

 

Habilidades. En muchos estados de nuestro país los gobiernos y las escuelas colaboran con la industria para proveer mano de obra altamente calificada en temas de tecnología y otros sectores importantes. Hablando de ingenieros, en los últimos cinco años el campus de Mexicali de la Universidad Autónoma estatal duplicó su número de alumnos a cuatro mil. La industria de TI (Tecnologías de Información) en Monterrey ya ocupa a siete mil personas y representa 250 millones de dólares.

 

Comercio. El TLC y otros tratados de libre comercio con Japón, Europa y casi todos los países de Latinoamérica le dan a México acceso libre de impuestos a más mercados que cualquier otro país.

 

Lenovo, la empresa china que adquirió la división de computadoras personales de IBM, no lo dudó y en febrero abrió una planta en Monterrey para producir cinco millones del modelo Thinkpad al año. En Guadalajara, ocho mil obreros producen los teléfonos "inteligentes" de BlackBerry. Importantes compañías tecnológicas que pensaban establecerse en China lo están haciendo en Mexicali, incluyendo varias plantas especializadas en la industria aeroespacial.

 

...y también puntos en contra

 

Sin embargo, México ocupó el número 52 entre los 131 países que son ranqueados en el índice de competitividad mundial, trabajo que lleva a cabo el World Economic Forum. México, la segunda economía más grande de Latinoamérica, supera a otras economías emergentes fuertes como Brasil (la economía más grande de Latinoamérica) y Rusia. Los autores del reporte indican que México tiene mucho que mejorar en áreas como reforma laboral, la integridad (honestidad) de sus instituciones gubernamentales y la educación de la población en general.

 

Es interesante cómo, a pesar de los encabezados acerca de violencia ligada al narcotráfico e inseguridad, los inversionistas siguen viendo al país como tierra de oportunidades. Y no sólo es una opinión. Los hechos, su conducta (las cuantiosas inversiones) respaldan esta idea. Una golondrina no hace verano, pero estas reflexiones nos vienen bien y hasta nos proporcionan un cierto optimismo, rodeados como estamos ahora de noticias de inseguridad, crisis económica, epidemias y hasta temblores.

   

El autor es director de Relaciones Internacionales y profesor de Política de Empresa en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, IPADE