Desaprovechada, la agricultura protegida (El Financiero 08/06/09)

Héctor A. Chávez Maya

Lunes, 8 de junio de 2009

Hace falta un sistema único de información para conocer el potencial del mercado.

Sólo siembran tomate en la mayor parte de invernaderos.

El Parque Agroindustrial de Ajuchitlán, más que un vivero.

Aunque la agricultura protegida representa una opción para incrementar la obtención de alimentos en el país, también podría causar daño en el mercado debido a la sobreproducción y a que se ha pasado por alto el tema de comercialización, señaló el presidente de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida, César Campaña.

Si bien es cierto que este tipo de práctica agrícola genera mayores rendimientos, calidad, certidumbre y es un gran generador de empleos, se ha asumido equivocadamente que toda esa producción ya está vendida, mientras la realidad es que en la temporada hortícola 2008-2009 se vio sobrepasada la oferta.

Debido a la falta de regulación e información de las autoridades, en un gran porcentaje de las nueve mil 948 hectáreas que cuentan con invernaderos se trabaja sólo con tomate, lo que habla de la urgencia de integrar un sistema único de información con datos actualizados y que contribuyan a la toma de decisiones.

"Necesitamos conocer el tamaño y la demanda para saber qué tipo de mercado hay, cuáles son las tendencias, las nuevas preferencias, los requerimientos y las regulaciones."

Desde hace 15 años México ha logrado incrementar su potencial en la producción de hortalizas, a pesar de utilizar en su mayoría tecnología de calidad media, donde el rendimiento, por ejemplo en tomate, ha llegado a 250 toneladas por hectárea al año, mientras que con alta tecnología supera las 400 toneladas.

Los rendimientos y los costos de los invernaderos dependerán en gran medida del tipo de tecnología que se utilice, ya que para instalar únicamente casa-sombra, que alcanza rendimientos similares a los del cultivo a la intemperie de 40 toneladas por hectárea, se requiere una inversión de 50 mil pesos.

Para un invernadero de tecnología media, que requiere de mantas térmicas, semiclimatizados, riegos programados, se invierten hasta 800 mil pesos, y para alta tecnología que ya cuenta con climatización automatizada, riegos, inyecciones de CO2 y uso de sustratos, la inversión podría llegar a mil 500 dólares por hectárea.

Respecto a los proyectos que hay en este campo, Javier Delgado Mendoza, director del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir), hizo referencia al Parque Agroindustrial de Ajuchitlán, Querétaro, donde se ha logrado establecer un polo de atracción de inversiones de alta tecnología.

Valor agregado

En entrevista explicó que se trata de un complejo de empresas que en conjunto darán desarrollo a la región con un valor agregado por un Centro de Capacitación y Desarrollo Tecnológico, es decir que más que simples invernaderos para agricultura protegida, se trata de un concepto de desarrollo integral.

Informó que con este modelo de inversión el gobierno federal detona e induce la participación de la iniciativa privada bajo un concepto de negocio rentable y con responsabilidad social, logrando un efecto multiplicador de la inversión con el recurso federal, ya que hasta ahora por cada peso que ha puesto Focir se ha logrado una inversión de 23 pesos de la iniciativa privada.

El proyecto genera una inversión directa de 15 a 20 millones de pesos, con la creación de diez empleos directos por cada hectárea, lo que al tener completamente en operación el parque dará una inversión total de entre cuatro mil 500 y deis mil millones de pesos, y tres mil empleos directos.

El proceso para crear el modelo inició en 2004 con la colaboración de la embajada de Holanda. En 2006 se creó Agropark, por convocatoria y aportación de 25 por ciento del capital de Focir. EN 2007 se estableció la comercializadora y productora holandesa, y en 2008 se dio comienzo a la instalación de otros productores.