Caída de hasta 7.8% del PIB: Concamin (El Financiero 09/06/09)

Isabel Becerril

Martes, 9 de junio de 2009

Tercer ajuste del sector industrial sobre expectativas económicas.

Acelerado descenso hacia la recesión, señala.

No hay elementos para una rápida recuperación.

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Al advertir que la economía mexicana se sumerge aceleradamente en la recesión, el sector fabril realiza su tercer ajuste en el año a sus expectativas económicas para el cierre de 2009.

Según los pronósticos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), el Producto Interno Bruto (PIB) concluirá el año con un decrecimiento de hasta 7.8 por ciento y se perderán de 670 mil a 730 mil empleos.

Además anticipa una contracción de 12.2 por ciento de la inversión productiva, una caída de hasta 13 por ciento en la producción fabril y de hasta 15 por ciento en la manufacturera.

También estima que en este ejercicio la inflación anual terminará en 5.1 por ciento.

A su vez, el PIB de Estados Unidos cerrará con una contracción de 2.9 por ciento y el tipo de cambio se ubicará en 14.10 pesos por dólar.

En el documento "Radiografía de la economía y la industria mexicana", la Concamin asegura que esta vez, a diferencia de la recesión de 2000, no existen elementos que propicien una vigorosa recuperación de la actividad económica nacional.

Así, 2009 será el año más difícil para la mayor parte del sector, por ser el componente más sensible frente al cambio en el ciclo de la economía mundial y su vinculación al mercado estadounidense.

Serán tres los indicadores en que los efectos de la recesión se presentarán con mayor intensidad: producción industrial, inversión productiva y empleo.

Éstos observarán caídas no vistas en décadas, por lo que es preciso fortalecer la estrategia anticíclica; de lo contrario asistiremos a un tropiezo histórico de nuestra economía.

Desafíos

La Concamin, que preside Salomón Slovick, pone énfasis en que este año la contribución de la industria al progreso de México enfrenta serios desafíos.

Ello, porque es la actividad económica con el menor ritmo de avance de los último años; ha descendido su participación en la producción nacional; no ha logrado recuperar los niveles de empleo mostrados en el pasado, y ha disminuido el número de empresas fabriles.

A esa situación hay que sumarle que en el país no se ha podido rearticular las cadenas productivas para elevar el contenido nacional en la oferta exportable y sustituir competitivamente una proporción mayor de importaciones.

Hasta antes de 2008, el sector industrial estaba integrado por aproximadamente 344 mil empresas micro, pequeñas, medianas y grandes, ubicadas en la manufactura de bienes, la construcción, la minería y la generación de electricidad

El año anterior, como resultado de la desaceleración económica, del elevado costo país y de la mayor competencia en el mercado interno, el número de negocios fabriles descendió a 315 mil.

De ahí que su contribución a la economía sigue a la baja, tras descender de 31.2 por ciento en 2003 a 30.3 por ciento en 2008.

La caída en los pedidos procedentes de Estados Unidos para las ramas que dependen del mercado externo (automotriz, electrónica y sus proveedores, entre otras) ha afectado seriamente al sector exportador.

Además, el descenso en el consumo interno ha impactado la operación de las empresas que dependen de la demanda doméstica.

Los efectos de ese desplome han sido una baja en el empleo y en la inversión productiva; aumento en la capacidad ociosa de las empresas; freno a los proyectos de modernización fabril; disminución en las utilidades, y retroceso en la producción de los estados de la República que dependen de la industria.