Urgen políticas públicas que unan cadenas en el campo (El Financiero 16/06/09)

Héctor A. Chávez Maya

Martes, 16 de junio de 2009

Mientras el presupuesto público para el medio rural no incluya programas que señalen de manera explícita y consecuente cuál es la razón de ser para con los factores de la producción en el campo, el capital, la fuerza de trabajo y la tierra, tienen muy poco futuro.

Javier de J. Aguilar, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), criticó que en el presupuesto público federal la proporción destinada al combate a la pobreza y recursos sociales crezcan a un ritmo cada vez mayor que los recursos presupuestarios con fines productivos y comerciales en el campo.

"No sólo estamos pagando por una política económica y presupuestal negativa para el campo, es decir que casi no genera fuentes de empleo y produce muchos pobres, sino que también tenemos que pagar para ayudarles."

Aseguró que los diferentes gobiernos han incurrido en tratos paternalistas hacia los productores grandes, medianos y pequeños, por lo que varios de éstos han dejado de pensar en la mejor manera de combinar la tierra, con el capital y el agua para riego, lo que ayudaría a incrementar la productividad.

En consecuencia, algunos se han convertido en gestores más preocupados por encontrar la manera óptima de captar subsidios de los gobiernos, que en productores comercializadores.

Por ello consideró necesario trabajar en políticas públicas para hacer frente a la problemática actual, priorizando la producción para el mercado interno, uniendo las cadenas agroalimentarias hoy desarticuladas y construyendo una estrategia para atacar comercialmente a consumidores mexicanos en Estados Unidos.

"El futuro del campo mexicano depende de políticas económicas coherentes, consecuentes, consistentes y nacionalistas que busquen rearticular las cadenas agroalimentarias hoy dejadas en manos de intereses monopólicos."

Falta estrategia

En ese sentido, la concepción que existe detrás del presupuesto público para el campo, como política económica, es determinante para lo que hoy se tiene como sector agropecuario en México.

Actualmente la distribución del presupuesto público para el agro parecería obedecer sólo a algún criterio económico que respondiera o intentara responder a la problemática que aqueja actualmente al campo, pero sin una estrategia que haga a los productores independientes.

Los recursos públicos deben incidir en varias de las actividades de cada una de las etapas que conforman al sector, como la capacitación para tratamiento poscosecha, fondos para almacenamiento, transporte, empaque y envase.